domingo, 16 de noviembre de 2008

Llego un viernes por la noche y se fue un domingo por la mañana....


Me Observaras desde tu infierno hasta mi cielo,

le brindas dulzura a mi vida y amargura a mis dias..

Ven hacercate  el final esta presente, te contare el secreto que encierra mi vida:

¨Es el deseo, convirtiendose en sonido transmitiendo le sensaciones a cada poro de mi piel¨,

Solo di mi nombre, para saber que me conoces, para atrapar esos recuerdos con tan solo la

frecuencia de tu voz,  haciendo me sentir viva, con tus mano sobre mi recordando me quien soy...

Cuando solo existia la esperanza e ilusiones vagas, Puedes quedarte y ver el daño y agonia que

existe en mi al saber de tu partida, o puedes pretender que aun puedo crecer y estar de pie, 

Mira los colores de mi alma si necesitaran cambios, Forzaria ami corazon a dejar de latir antes que verte partir.......

Pero hoy ya carece de pulso, hoy solo me quedo con el fantasma que no me deja caer, 

solo con la sombra de lo que siempre quise o pudieras ser......

Tu alma negra convinado con mi obscuro pasado, nos unia mas de lo previsto,

y creia necesitarte pero esto se convirtio en  mas que un arte es el amarte .....

Por cada desilusion que me dabas nacia un sentimiento fuiste el unico que me hacia sentir en

armonia pero podia esperar decadas a sentir que seria para siempre

estaba consiente que aun que las flores renacieran no seria un por siempre,

Jamas hubo promesas solo nos unia el tiempo perfecto....

Destruyeme solo para renacer........

LA CRAYOLIT@.....

3 comentarios:

. dijo...

ciertamente la partida de alguien es dolorosa, o el amor furtivo ese que surge de chispazo, es otro mundo, me gusto la pic del payaso, saludoteeess!!!

Jim dijo...

Es lo que siempre queremos decir (cuando nos han dejado) y lo que nunca dijimos. . . y tal vez sea mejor, no?

Cuando una persona nos deja, he intentamos recuperarla mostrando nuestros sentimientos. . . (normalmente) es peor que si hubieramos marchado con el corazon roto.

Besos

Beto dijo...

y asi como llegó, . . . se fué